Se
toma un camino enfocado hacia la cultura cívica considerando que en gran parte
el caos vehicular se debía a la ausencia de cultura. Con el fin de enseñar a
los ciudadanos se emplean programas que pretendían educar tanto al peatón como
al conductor por caminos más de colaboración que de imposición[2].
En su mayoría, la educación respecto al transporte iba enfocado hacia los buses
y los automóviles, y los estudios que se desarrollaron frente al Plan de
Desarrollo y al Plan maestro de transporte urbano, favorecieron especialmente
el transporte individual.
Estos
estudios, en conjunto con el diseño
Conceptual del Sistema Integrado de Transporte Masivo de Bogotá examinaban
algunas soluciones de transporte a corto, mediano y largo plazo para la
movilidad urbana pero no llegaron a ser materializados.
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